Estoy encantado porque buscaba en el Yoga Ocular un proceso de aprendizaje y lo he encontrado.
Para mí, una terapia ideal ha de ser integral. Perder vista es una señal de otros procesos latentes, una punta de iceberg, igual que cuando tenemos otros problemas y dolencias son señales de problemas internos más complejos de lo que en principio parece. Por tanto, creo que una terapia ideal sería una terapia integral: cambiar de vida, dormir bien, comer sano, higiene postural, etc, y además hábitos, ejercicios y aprendizaje específicos para nuestro problema. Pero esta terapia ideal es muy difícil de llevar a la práctica. Esta «locura organizada» (W. Brandt) de sociedad y de tiempo que nos ha tocado vivir procura velar por nuestra eficacia en el curro como máquinas de producción, pero no se preocupa por nosotros como seres humanos: estamos (casi) todos «petaos», y eso nos limita y condiciona en cualquier proceso de desarrollo.
Mar y Eduardo ofrecen una terapia que tiene bastante de integral, añadiendo lo específico de los ojos. Me gustó desde un principio ese carácter integral. Tiene fundamento en el famoso método Bates, introducido en España por Manuel Palomar, del que aprendieron ellos. Además, como toda terapia integral, trasciende el concepto occidental de «solución de mi problema», porque en el fondo nos abre un camino de aprendizaje, una oportunidad de mejora vital, una ocasión de cambio interior, que entre otros «resultados» (palabra que procuro evitar, pero vale) nos puede ofrecer una mejora en la visión. Este camino de aprendizaje tiene, para mí, varios aspectos interconectados: hábitos, conciencia y ejercicios.
En primer lugar, los hábitos nos permiten mejorar (un poco o mucho, según cada cual) y mantener aspectos y tonos vitales muy importantes: alimentación sana, general y específica para agudeza visual y enfoque; higiene específica directa o indirectamente tanto de fosas nasales como de ojo, incluyendo estimular el lacrimal, etc; práctica de ejercicios «típicos» de yoga (ahí los practicantes de yoga tienen mucho andado), estiramiento, respiración, visualizaciones…
En segundo lugar, la conciencia se estimula, se aumenta a través de ejercicios muy bien diseñados. Aprendemos conceptos sobre la visión, estructura anatómica del ojo, enfoque, etc. Este conocimiento y la práctica de ejercicios de propio-cepción abren nuestra conciencia y enriquecen así la percepción de nuestros ojos (notar los propios ojos con todo su peso y dimensiones por vez primera mola bastante).
En tercer lugar, y relacionado con lo demás (como no podía ser de otra manera) están los ejercicios específicos de ojos: palmeo, contracción, parpadeo consciente, focalización móvil, danza focal, oscilaciones, fondo móvil, flash-cartel. La práctica de estos ejercicios puede pasar a formar parte de nosotros, como la práctica de cualquier deporte, pudiendo mejorar nuestra vista y evitando su degradación.
La introducción de hábitos y prácticas en nuestra vida cotidiana es el paso difícil, porque normalmente tenemos poco tiempo. Si conseguimos habituarnos, este camino nos llevará a una mejora vital importante, puede mejorar nuestra vista y prevenir su deterioro.
No me gusta hablar de resultados aisladamente, porque es una barbaridad muy occidental (datos, objetivos, resultados, eficiencia, optimización: me echo a temblar), pero hay gente que necesita datos y eso también es respetable si se toma con prudencia. Fui miope con astigmatismo desde niño (6 dioptrías y 2.5) y me operé en 2001: mejoró mi calidad de vida críticamente, he estado encantado 10 años. Debido al horror del trabajo con ordenador (8 horas al día o más) y a muchos otros factores difíciles de desentrelazar, he perdido un poquito: en 2013 andaba cerca de la dioptría. He asistido al curso, que impartía Mar principalmente, 4 meses, un día a la semana, 2 horas.
Los ejercicios recomendados para casa andan entre 1 hora diaria u hora y media, pero yo no he podido hacerlos a diario: algunas semanas 2 días, otras 5… He mejorado la agudeza visual en el ojo izquierdo desde un 75% a un 100%, y el ojo derecho se ha quedado igual que estaba en un 60% (variable entre 60% y 80% por momentos). Seguiré con la práctica de los ejercicios y con los hábitos, porque este proceso continua, el curso es sólo el principio, y probablemente recupere más vista.
Este es el camino de aprendizaje que yo he recibido de Mar y Eduardo, así lo he entendido y así lo cuento. Para mí es un tesoro, y como camino de desarrollo personal, me acompañará el resto de mi vida porque ya forma parte de mí. Así que os lo agradezco de corazón, y os doy un fuerte abrazo.
Carlos Burguete