Para mi el curso de yoga ocular, va más allá de la mejora visual, ya que sirve para ver mejor en todos los sentidos.
Con ejercicios muy sencillos, pero que requieren constancia, el ojo va recuperando las capacidades visuales poco a poco, y con efectos sorprendentes.
Cosas que no veías las empiezas a ver; y las gafas, objeto imprescindible hasta la fecha, se van convirtiendo poco a poco en un artículo cada vez más innecesario.
Además, a través del yoga aplicado al cuerpo y a los ojos, tomas consciencia de tí mismo, de tus tensiones, y te da mecanismos para relajarte; con lo que mejora la visión interior y del mundo.
El hecho de ser ejercicios repetitivos y sencillos, permite que muchos de ellos se incorporen a tu vida de una forma automática y sin esfuerzo.
En definitiva, un curso recomendable, para toda la vida, y que compensa el esfuerzo realizado.
Eduardo Lacambra.